Durante los últimos años, las tendencias parecen ir superponiéndose unas a otras con mayor rapidez que nunca aunque, en numerosas ocasiones, muchas de ellas únicamente simplifican ciertos aspectos y se convierten en lo mejor de dos fusiones.
Este es el caso de la última tendencia en turismo, el bleisure, donde el viajero fusiona la visita de nuevos destinos turísticos con el turismo de negocios.
La unión de turismo y viajes de negocios
Durante los últimos años, el turismo de negocios se ha visto incrementado de forma alocada, suponiendo numerosos ingresos para los países receptores y una posibilidad para las empresas de potenciar la labor de sus empleados, los cuales llegaban incluso a pagar un importe extra a cambio de llevar consigo a su pareja o familia a ese nuevo destino en el que pasarían de 24 a 48 horas, un espacio insuficiente para un «turista» con apenas tiempo para deleitarse con esa ciudad europea en la cual deseaba pasar más días de puro ocio turístico.
El turismo se ha visto obligado a cambiar la tendencia: desde descuentos para viajes de negocios hasta una remodelación de ciertos aeropuertos con tal de ofrecer instalaciones competentes a quienes viajan por trabajo. Sólo faltaba aproximarse a esa fusión en la que un viaje de negocios se convirtiera también en una experiencia de placer.
De este modo, las empresas han comenzado a extender la costumbre entre sus empleados de fragmentar sus días de vacaciones y añadir algunos días más a esa visita de trabajo con tal de disfrutar de un destino que, posiblemente, no podrían volver a visitar en toda su vida, o no al menos en unas condiciones similares.
Según las estadísticas, Estados Unidos ha sido el país que más se ha beneficiado de esta tendencia al acumular 288 billones de dólares sólo en lo que a viajes de negocios respecta, mientras que gigantes como China, país cuyo turismo de negocios se incrementará en un 60% en los próximos años, o Francia, en el que la jornada laboral de 35 horas supone todo un alivio para empleados inquietos, confirman el éxito de una de las fusiones más acertadas que el mercado laboral podía permitirse y, con suerte, incrementar en un futuro.
La tendencia de ser bleisure fusiona trabajo y placer de un modo práctico para todas las empresas y empleados vinculados al mundo de los viajes de negocios. Una modalidad que permite convertir la simple marcha hacia el trabajo en una de las mejores sensaciones que se pueda experimentar.
El viaje por trabajo está surgiendo como un estilo de vida en lugar de como una necesidad para algunas personas. En una encuesta de viajeros internacionales publicada el año pasado, el 60% dijo que han tomado viajes de bleisure, usualmente agregando dos días de vacaciones a sus viajes de trabajo.
Casi la mitad de ellos lo hicieron en la mayoría de las ocasiones, y seis de cada 10 dijeron que eran más propensos a tomar este tipo de viajes de lo que eran hace cinco años.