España ha pasado a liderar por primera vez el índice mundial de competitividad turística elaborado por el World Economic Forum (WEF). Sus recursos culturales, infraestructuras y adaptación a los hábitos de consumo digitales han sido claves para lograr ese primer puesto. Sin embargo, varias autoridades del sector llaman la atención sobre diferentes aspectos del ránking no tan brillantes que obtiene nuestro país.
El ranking “The Travel and Tourism Competitiveness Report” del WEF sitúa a España como el destino más competitivo del mundo, entre un total de 141 países evaluados.
El informe analiza los puntos fuertes y débiles de cada país a través 14 indicadores diferentes, con el fin de establecer si su sector turístico es sostenible económicamente y cómo distribuye los beneficios sociales de dicha actividad económica. Es la primera vez que España lidera este índice, que comenzó a elaborarse en 2007 y se actualiza cada dos años.
De este modo, España obtiene la posición de liderazgo gracias principalmente a “sus recursos culturales (1er puesto global), su capacidad para figurar entre los primeros puestos en las búsquedas online de ocio (4ª posición) y sus excelentes infraestructuras turísticas (4ª posición), según explican los realizadores del informe.
Otras economías avanzadas, que igualmente son destinos turísticos de fama mundial como Francia, Alemania, Estados Unidos, Reino Unido, Suiza, Australia, Italia, Japón y Canadá completan el top 10. Entre los mercados emergentes, destaca la posición de China (17) y de Brasil (28).
En cualquier caso, “muchos países aún deben hacer más para hacer frente a desafíos turísticos como los visados, una mejor promoción del patrimonio cultural, la protección del medio ambiente y la adaptación a las tecnologías de la información”, indica Roberto Crotti, economista del WEF. “Esto a su vez impulsaría el crecimiento económico y la creación de nuevos empleos”, añade.
¿Un destino barato?
Según destaca Isabel Borrego, secretaria de Estado de Turismo, el informe del WEF valora además el «compromiso del gobierno español hacia el sector turístico por las políticas estratégicas que hemos desplegado esta legislatura». No obstante, añadió la secretaria de Estado de Turismo, «hay un puesto de dicho ranking donde no tenemos una buena posición, el precio».
Según añadió Isabel Borrego, «España no tiene por qué ser un país barato, no queremos serlo. Tenemos que luchar por la competitividad de la industria y desde luego no bajando precios. El turista de hoy en día viaja mucho, sabe lo que cuestan las cosas y puede comparar».
Los puntos débiles de España
Sin embargo, nuestro país pierde muchas posiciones cuando las variables a tener en cuenta se refieren a la seguridad, la higiene los recursos humanos, mercado laboral y pocas facilidades para la apertura de nuevos negocios turísticos. En todas esas clasificaciones ni siquiera estamos entre los 30 mejores, aunque, sin duda, las peores notas las hemos obtenido en las comparativas de precios y puesta en marcha de un negocio turístico, donde estamos fuera del top 100.